martes, 11 de septiembre de 2012

Cibercriminalidad: la delincuencia en “el otro espacio”


“Dime qué haces en internet y te diré qué te puede pasar en el ciberespacio. A mayor interacción  e introducción de objetivos en el ciberespacio, mayor posibilidad de ‘cibervictimización’.  A mayor autoprotección, menos probabilidad de victimización”.

Así lo afirmó el profesor Fernando Miró Linares, de la Universidad Miguel Hernández de Elche, de Alicante (España), durante el VI Congreso Internacional de Derecho Penal, que se lleva a cabo en la Universidad de Los Andes, en Bogotá.

De acuerdo con Miró, el término “cibercriminalidad” no es un concepto esencialmente jurídico, sino criminológico, que se refiere al ámbito en el cual se realiza la infracción. “Estamos en dos ámbitos a la vez. Estamos en el espacio físico o material y estamos en el ciberespacio. Esto es tan simple como que el delito cometido en el espacio físico es el delito físico material, y el delito cometido en el ciberespacio, usando las tecnologías de la información, es el cibercrimen”, señaló.

Según el catedrático, hoy por hoy existen tres clases de faltas relacionadas con internet. En primer lugar, está el “ciberdelito” económico, que abarca el fraude y el phising, es decir, adquirir información confidencial de manera fraudulenta, como una contraseña o información detallada sobre tarjetas de crédito u otro tipo de información bancaria.

Por otro lado, están los delitos políticos e ideológicos, entre los que se destaca el “hacktivismo”, (entendido como la utilización no violenta de herramientas digitales ilegales o legalmente ambiguas, en procura de fines políticos), el “ciberterrorismo” y las acciones raciales, entre otras.


Otro tipo de delito, que también está en alza y es cada vez más preocupante, es el “cibercrimen” social. En esta línea, el “ciberacoso”, el bullying y la persecución en internet son los más comunes.


Una oportunidad criminal
El crimen, señaló Miró, se produce porque hay un agresor motivado, un objetivo adecuado y ausencia de un guardián capaz.

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“En el ciberespacio esto es exactamente igual, por lo menos en cuanto a la presencia de los tres elementos. Sin embargo, la forma en la que se producen estos tres elementos, en la que interaccionan, es diferente,porque aumentan las posibilidades de contacto entre agresor y objetivo, crece el protagonismo de la víctima en la ecuación y disminuye la importancia de los vigilantes”, indicó.

El experto aclaró que para que un objetivo sea adecuado en el ciberespacio, tiene que ser introducido, tener valor e interactuar, pues esa interacción representa la visibilidad.

“La clave para ser victimizado en el ciberespacio es la interacción. A mayor interacción, mayor posibilidad de victimización. Según los bienes que introduzcamos, podemos ser victimizados por un delito o por otros. Finalmente, dependiendo de la autoprotección de la persona, la victimización se produce o no. A mayor autoprotección, menor victimización. Quien no tiene antivirus, quien no actualiza o cambia sus contraseñas puede ser victimizado”, explicó.

Finalmente, señaló que el uso del correo electrónico, las compras por internet, escribir en foros y blogs, consumir pornografía o realizar transacciones bancarias son elementos de interacción que, si se hacen al mismo tiempo, incrementan el riesgo de ser victimizados.

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